Me llamo Gladys Aguilar. Soy licenciada en ciencias naturales y educación ambiental. Me gusta cuidad el ambiente, y recuperar material reciclable para darle otro uso. Soy miembro activo de Greenpeace, y todo lo que sea por preservar nuestro ambiente, ahí estoy metida. ¿Un hobby? Escuchar música. Me gusta el metal y el rock pesado.

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Mi menstruación no es nada difícil, no es un problema. Creo que soy privilegiada porque no me dan cólicos; cada mes me llega, me pongo mi tampón y ya. Lo único es que soy delicada de la piel, entonces no puedo usar toallas porque me queman. Estoy tratando de conseguir la copa, pero cada vez que la voy a comprar, algo se me cruza.

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La primera vez que me llegó el periodo tenía 12 años. Salí al patio a asolearme y me di cuenta. Entonces entré corriendo: “¡Mamá! ¡Tengo sangre en los cucos!” Y ella me dijo, “ay mamita, tranquila que le llegó la menstruación”, y me dio una toalla. No me dijo cómo se ponía entonces me la puse al revés, con el pegante para arriba. Al rato fui a ver cómo iba eso, y obviamente no me la pude quitar. Mi mamá me dijo que me la despegara con agüita, y después de esa tortura me puse otra.

 

A los cinco minutos volví a ver cómo iba, y como vi una gotica de sangre, me la quité y me puse otra. Después de unas dos horas ya me había acabado todas las toallas y le pedí más a mi mamá. Me regañó, y ahí sí me explicó que hay que esperar para cambiarse, pero como “eso huele feo y es horrible” pues yo pensaba que tocaba cada vez que se ensuciara. ¿Para qué le meten a uno eso en la cabeza?

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Yo siempre fui muy rebelde –según mi mamá era hippie–, y cuando tenía 14 años me volé de la casa para verme con mi novio. Iba a llegar tarde por la noche, pero vi a mi papá afuera de la casa y pensé que se había dado cuenta, entonces me asusté y volví hasta el día siguiente. Mi mamá me estaba esperando, y justo me había llegado el periodo. Ella pensó que la sangre era porque había tenido mi primera relación sexual, y como no me creyó, me llevaron a Medicina Legal para comprobarlo. El médico les dijo que yo estaba en mi periodo y que todavía era virgen. Después de eso, mis papás compraron pollo asado para almorzar.